
Matrículas un juego de mesa para disfrutar con los números y las letras
Cuando quieres que tu hijo mejore y se divierta con los números y las letras con tips para cuando no les gustan los juegos de "ser el primero" Divertirse no tiene que ver muchas veces con las prisas.
Te damos un titular, Matrículas es un juego y una herramienta que ayuda y divierta mucho más de lo que imaginas.
Hay un momento en la vida de casi todas las madres y padres en el que nos detenemos a pensar:
¿Estoy haciendo lo suficiente para ayudarle? ¿Cómo puedo acompañarle mejor sin que sienta que todo es una obligación? ¿Sin que sea siempre una tarea?
Desde que empezamos a dar clases y formaciones siempre hay algo en nuestra mente. Como transformarla en una experiencia que sea algo que se quiere hacer y no algo que se tiene que hacer. Tenerlo en cuenta marca toda la diferencia.
Queremos que nuestros peques aprendan, que crezcan, que desarrollen todo su potencial…y tanto Beatriz como yo queremos verlos disfrutar, reír y sentirse capaces por ellos mismos de hacer las cosas.
No se trata solo de que aprueben las mates o que se le den bien las letras, va de mucho más, nuestra forma de acompañar tiene un objetivo que generen una mayor confianza en ellos, que crean en ellos y en sus capacidades. Que descubran que puede nenfrentarse a retos y superarlos.
No queremos que tengan esa limitación que tantas veces vemos y escuchamos a los adultos.
¿Te suena eso de "es que a mi las mates no se me han dado bien nunca y que te has llegado a creer?
Y como no, queremos que estén expuestos a momentos que les haga pasarlos bien, sin esa presión que a veces —sin querer— les transmitimos entre deberes, extraescolares y expectativas.
Aquí es donde aparece Matrículas un juego que, sinceramente, parece solo un entretenimiento, pero que esconde mucho, mucho más.
Lo mejor, no hace falta que hagas nada especial, con jugarlo el juego ya hace la magia.
Matrículas, de Falomir, tiene algo que nos está haciendo ugarlo mucho. A los peques les encanta porque se sienten desafiados, pero no juzgados. No pasa nada si no dan con el cálculo correcto o eligen una palabra que no valga. También a nosotros nos pasa.
Y a nosotras nos gusta por partida doble. Primero por que les vemos felices jugando juntos. Segundo, porque sabemos que practican habilidades que son imprescindibles en la vida como la agilidad mental, el cálculo, el vocabulario, la flexibilidad y poquito a poco la confianza de saber que tienen en ellos todo lo necesario para jugarlo.
Sin presiones. Sin enfados. Sin frases como “¡venga ya, se más rápido!”
Es un juego rápido, sí y aquí viene una de las grandes preguntas que nos suelen hacer… y que nososotr mismos vivimos en casa con nuestros peques.
¿Y si mi hij@ siente rechazo en en los juegos de rapidez?
Hay personas, de cualquier edad, que aman los juegos de velocidad, y hay otros que, solo con oír la palabra “rápido”, ya empiezan a querer cambiar de juego.
Muchas veces es porque temen equivocarse, o simplemente porque necesitan un poco más de tiempo para procesar y sienten que pierden o no pueden competir, y claro genera sensación de "no poder".
Y está bien que no les guste. A mi me cuesta mucho enfrentarme a otros sabiendo antes de empezar que voy a perder. Está claro que luego pienso que es un camino, que hay que empezar paso a paso para ir mejorando y que todo camino empieza con un primer paso, pero perder siempre no mola.
No todos los cerebros funcionan igual, y eso no es un problema. Es una oportunidad para acompañar mejor.
¿Significa eso que no pueden jugar a Matrículas?
¡Para nada! De hecho, este juego puede ser una oportunidad preciosa para que ganen seguridad, si hacemos algunos pequeños ajustes. Te damos algunas ideas para adaptar Matrículas y hacerlo más amable para todos.
Jugar sin competir por rapidez
En lugar de decir “el primero que acierte se lleva la matrícula”, podéis turnaros, cada jugador resuelve su reto a su ritmo. Si acierta, se la lleva, así, todos participan, y nadie se siente fuera por no ser el más rápido.
Establecer un “tiempo justo para todos”
Podéis usar un reloj de arena o un temporizador amigable para dar a cada jugador el mismo tiempo. Esto ayuda a gestionar turnos y evita que se generen prisas innecesarias.
Cambiar el objetivo
En lugar de jugar a ver quién gana más matrículas, ¿qué tal si lo hacemos cooperativo y establecemos un objetivo común? Algo como “A ver cuántas matrículas conseguimos entre todos en 10 minutos y jugamos por turnos para que todos participemos.
Transformamos la competición en colaboración.
¿Y si lo hacemos por equipos?
Todo es válido para reforzar la autoestima y crear vínculos.
Reírse de los errores (los adultos también)
Una clave fundamental: juega, perdona, lo mismo no he sido del todo claro, JUEGA. No te tienes que dejar ganar, nunca lo sugerimos, pero tampoco quieras competir como si fuese la vida en ello y no dejar que los otros jueguen. Y creeme que te entiendo, a veces, tener un juego de números y velocidad, hace que tu cerebro se ponga en modo ON por que disfrutas un montón, y con Matr´culas pasa cada ronda.
Esto quiero decir que a veces está permitido incluso equivocarte a propósito alguna vez.
Mostrar que no pasa nada si se falla. Que aquí no se trata de ser perfect@, ni de súperheroes, sino de disfrutar y pasarlo bien, JUNTOS.
Lo importante es cómo se sienten mientras juegan
A veces, un juego pensado para entrenar la velocidad mental, como es Matrículas, puede transformarse en una herramienta para entrenar la seguridad emocional tan importante.
Y eso, en casa, vale más que cualquier matrícula ganada.
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